Es necesario volver a construir la vida cristiana alrededor de su único centro: la Liturgia.

jueves, 8 de octubre de 2009

La Misa no puede ser pedestal de gustos personales




Es muy común hoy escuchar a fieles perplejos y hasta indignados a veces viendo como las formas de la misa cambian de un lugar a otro y de acuerdo al sacerdote. Cada sacerdote tiene sus gustos propios y de acuerdo a eso va aplicando sus propias medidas a la celebración de la misa: unos usan el cánon romano, otros encambio prefieren todo más breve, utilizando única y exclusivamente el cánon II sin nunca -ni siquiera en sábado santo- usar el cánon I; otros celebran la misa coram deo -no de espalda, sino de frente a Dios-, mientras otros dicen que es mejor mirar al pueblo; unos usan casulla y síngulo, otros prefieren estar más "fresquitos"; unos se sirven de acólitos, otros prefieren sin porque quieren "evitar la fatiga"; unos dan la comunión, otros en cambio prefieren dejarlo todo en manos de los "ministros de la comunión";  y así una lista interminable de cosas que pueden tener infinitas combinaciones.




¿Qué pasa con los fieles? pues se los presenta una liturgia con infinidad de formas según los gustos de cada uno con lo cual se pierde el sentido de "Sacrificio único". ¿Resultado? Cada fiel va a la misa que presenta mejores atractivos y, obviamente, cada sacerdote busca hacer aquello que más agrada a los fieles y más los pueda atraer: ¿Qué te pareció la misa? ¿Qué dice la gente? Fue la pregunta que más de una vez escuché de los sacerdotes que están más preocupados por el show que por el sacrificio.


Yo no quiero que sea igualito en todas partes, pues nunca fue así. Durante siglos la Iglesia se benefició de numerosos ritos que la enriquecían enormemente, pero todos bien estructurados y ordenados y, sobre todo, decorosos. Cómo hoy en día los clérigos están tan influidos y hasta envenenados con la cultura moderna vacía de belleza y orden que hace que sus opciones sean también vacías de belleza y orden.

martes, 6 de octubre de 2009

La problemática de la Misa dominical en algunos sacerdotes y la paradoja de la concelebración






Muchos sacerdotes, debido a la escasez de clero en muchas diócesis españolas, se ven obligados a celebrar una gran cantidad de misas los domingos, para permitir el cumplimiento del precepto dominical al conjunto de los fieles no ordenados. En esta dinámica entran la mayoría de los sacerdotes que tienen celo por las almas, porque los otros ya sabemos cómo actúan. Por lo general una o dos misas, y a su casa. Pero ¿cuáles son las disposiciones canónicas al respecto?



A tenor del canon 905, se prohíbe a los sacerdotes católicos de Rito Romano la celebración de más de tres Misas los domingos (trinar) y de dos (los días entre semana, binar). Pero, ¿pueden con estas restricciones hacer frente al mandato de sus respectivos obispos? Difícilmente. Y es ahí donde reside el problema porque la dispensa alcanza estos límites, pero no se pueden rebasar. Lo cual está sucediendo, y por desgracia, la problemática afecta a muchos de ellos, que han tenido que enfrentarse a esta cuestión. Una vez más en soledad, en la soledad de sus conciencias.



Al mismo tiempo, y de forma paradógica, se percibe un aumento de las concelebraciones, cuando parecen que éstas no tienen mucho sentido, a excepción de algunos momentos litúrgicos concretos durante el año, como es el caso de la Misa Crismal o el el Jueves Santo en Semana Santa. La verdad es que no se entiende muy bien lo que está pasando, pero desde luego, algo tiene que cambiar. ¿Realmente son las concelebraciones la manera de ejercer más eficazmente el ministerio? ¿No son más bien de una época pasada, donde el entusiasmo postconciliar campaba a sus anchas anunciando la Primavera de la Iglesia que nunca llegó? Hoy en día, donde los católicos somos cada vez más perseguidos y donde las comunidades son más pequeñas, no estaría de más volver a la forma tradicional de celebrar el santo sacrificio y dejarnos de innovaciones pretéritas.

Fuente: http://www.sectorcatolico.com/2009/09/la-problematica-de-la-misa-dominical-en.html 

lunes, 5 de octubre de 2009

Para adorarte en espíritu y DE VERDAD




Pena que después de mucho tiempo tendré que volver a escribir pero con una queja entre las manos. Yo sé también que este tipo de comentario me hará terriblemente impopular. Pero "soy amigo de Sócrates, pero más amigo sy de la verdad".

No es, sin embargo, una simple queja, sino que "el celo de tu casa me consume". No puedo soportar ver tanto descontrol y tanta falta de sentido en lo que veo, sobre todo en referencia a la liturgia, centro de nuestras vidas.

Antes de comenzar, quisiera aclarar en sencillas y no tan doctas ni rebuscadas palabras por qué la liturgia es centro de nuestras vidas y de la Iglesia:
  1. Porque es el sacrificio de Cristo, perpetuado por los siglos, dejado por Él mismo para hacernos partícipes de su vida divina. Eso significa que el sacrificio eucarístico no es un invento humano ni mucho menos, sino que es prefiguración de la liturgia divina, un pregustar de las cosas del cielo -que por eso mismo no tienen mucho que ver con nuestras modas ni gustos mundanos-.

  2. Porque podemos decir -contrario a los protestantes- que Jesucristo realmente está presente en la Eucaristía. Eso significa que si bien el no se preocupa con nuestro porte externo, eso no significa que nosotros no debamos preocuparnos por eso. Yo estoy seguro que el Papa no se preocupará por verme en ropa deportiva o muy corta para recibirme en su despacho, pues sé que es humilde; pero yo sería un total idiota si me presentara así delante de él. ¿Cuánto más delante de Dios?

Considerando estas dos cosas, debo decir que hoy vemos cada vez más un abuso increible de confianza y cercanía a Dios. Ya nadie lo respeta. Esta cuestión de la "religión del corazón" está llegando cada vez más a límites insospechados, y lo vemos directamente en la liturgia. La liturgia no debería solo comprometer al corazón, sino a todo el cuerpo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Pero al ver tanta flojera en el cuidado de la liturgia, en el porte exterior, en las "cosas de arriba", no parece que estemos amándolo con todas nuestras fuerzas.

En la fotografía de arriba: una mujer con los pechos semi afuera, recibiendo la comunión de una ministra de la comunión desde un copón que más bien parece uno de aquellos vazos de aluminio para tomar cerveza en un pueblucho del interior. Nada de solemnidad, nada de cuidado, nada de adoración. ¿Qué está ofreciendo la ministra? ¿Algún tipo de galletita o biscochuelo? ¡No señor! Es el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. A los magnates y principes de este mundo los sientan en los primeros puestos, pero a Cristo se lo recibe en la mano, sin actitud reverente, sin solemnidad; se lo sostiene en cualquier recipiente y lo dá cualquier persona.

Pero para que no crean que soy un tradicionalista agrio. La siguiente fotografía muestra una misa celebrada en Summer Beats (una fiesta gigantesca de DJs católicos organizada en Brasil) donde se ve bastante más cuidado y atención. Me gustó. Y me parece más digno.



Pero volvamos a la primera fotografía. Pregunto ahora: Si Cristo está presente hasta en las partículas de la eucaristía, ¿saben que va a pasar después con las partículas que quedan en la mano de esta mujer? Pues Cristo Eucarístico irá a parar en el lugar donde esta mujer coloque la mano. ¿Y si se cae al suelo? Y nadie lo recogerá hasta que se quede pegado a la suela del zapato de alguien. ¿Y si se lo lleva al cabello con las manos? Y la partícula del cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo quedará ahi hasta que sea barrido con la ducha del baño y vaya a parar al desagüe. Y no estoy exagerando. Gracias a Dios que el pan eucarístico, cuando deja de ser pan -unos minutos despues de mojarse- deja de ser Cuerpo de Cristo. Dios es sabio y eso me consuela.

El Celo por tu casa me consume y no puedo estar tranquilo mientras vea como el pueblo de Dios no descubre la grandeza de su tesoro, la Eucaristía, porque sus propios pastores son flojos e inconsistentes, más preocupados de su fama que de su Señor. Pero hasta aquí con el tema.

Que Dios nos bendiga y no conduzca a su monte santo, para que conociéndolo como és podamos adorarle en espíritu y "de verdad" (error voluntario).

miércoles, 15 de julio de 2009

El Cardenal Sodano pide una “reforma de la reforma” en la Liturgia..



En una carta dirigida a los participantes de la Semana Nacional de Liturgia de Italia.


En una carta dirigida a los participantes de la Semana Nacional de Liturgia de Italia, clausurada este viernes, el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado, señaló que es el momento de evaluar la reforma litúrgica 40 años después de lanzada tras la conclusión del Concilio Vaticano II. En la carta, dirigida al Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Adriano Caprioli, el Cardenal Sodano transmite el saludo del Papa Juan Pablo II a los participantes, y señaló que “no puede no darse gracias a Dios por todo lo que el Espíritu ha realizado en la Iglesia”, pues “la reforma ha impreso vitalidad y vigor espirituala la vida litúrgica del pueblo cristiano”.
Sin embargo, el Cardenal señala que “Cuarenta años después de la publicación de la primera constitución Conciliar que abrió las puertas a la reforma litúrgica, es justo preguntarse qué ha significado la misma reforma litúrgica en la renovación de las comunidades cristianas, en qué condiciones la liturgia, reformada según las indicaciones del Concilio, es capaz de mediar entre la fe y la vida, de manera que forme creyentes capaces de ofrecer un testimonio evangélico coherente”.
“Al mismo tiempo, es útil preguntarse con claridad y sinceridad si la reforma ha mostrado eventualmente algún punto débil y dónde, y, sobre todo, cómo puede ser relanzada para el bien del pueblo cristiano”.
El desafío que hoy tiene la Iglesia por delante es el de «traducir la reforma en la vida del creyente, llamado a integrarse en la comunión que el Hijo quiere establecer con cada uno, comunión que celebramos constantemente en la liturgia».
El Cardenal señaló que la reforma litúrgica tiene que “traducida en la vida del creyente”, y explicó que “algunos principios de la Constitución (Sacrosantum Concilium) tal vez se puedan comprenden mejor y ser más fielmente aplicados”.
“Al respecto –agregó- sería útil analizar algunas temáticas específicas, por ejemplo, la relación entre creatividad y fidelidad, entre culto espiritual y vida, entre catequesis y celebración del Misterio, entre presidencia litúrgica y el papel de la Asamblea, entre formación en los seminarios y formación permanente de los sacerdotes”.


Fuente: AciPrensa.com